domingo, 1 de agosto de 2010

Ji Ji


5.20 de la mañana, suena mi teléfono y se perfectamente quién es.
Profesa el amor y la fidelidad que una vez ya perdió. Atiendo, no puedo apagar el celular ya que tiene la alarma necesaria para auto denominarme responsable.
Supongo que la charla va a ser corta. Se enteró de todo. Se enteró por otra. Se enteró y no por mi. Pero era el castigo merecido.
- Cagón
Ya me estoy acostumbrando a mi nuevo nombre. A mi condición.
Escucho sin decir nada. Escucho rezando porque mi nueva amante no se despierte.
Rezo por una charla corta.
- Yo siempre voy a estar, cuando te canses de ella...
Cuando me canse de ella ya no se qué va a quedar para mi en este mundo.
No soy capaz de decir cuándo ni cómo va a terminar esto que recién está empezando, pero una cosa es segura, la otra tampoco me quiere como dice.
Indistintamente de lo que pase con una, y lo que termine con la otra. Algo es real, y acaba de quedar plasmado en la exactitud de mis acciones.
Cuando algo me supera, me bloquea, pongo a alguien en el medio.
La de hoy frena a la de ayer, la de ayer des acelera a la de hoy, y yo en el medio, porque esa es la realidad, yo elijo por tener dos opciones.
Tal vez ni reales. Pero eso no viene a cuento.
Se que la relación pasada es solo eso, un pasado importante, pero sin nada que la sostenga en el hoy, sin pies ni cabeza. Son sólo memorias que siguen activas.
La relación que tengo hoy es tan incipiente, y tan poco probable en el tiempo que tampoco me fuerza a blanquearla con nadie.
Pero eso no es excusa para atender una llamada de otra mujer a las 5.20 de la mañana, atenderla y seguir una charla de 10 minutos.
Atenderla y despertarla. Un mal educado.
Hablé como si nada, se despertó, y lógicamente se enojó.
Me levante tarde de la cama, me fui al living a terminar la charla. Pero ya era muy tarde.
- Siempre voy a ser incondicional con vos... te quiero, chau
- Gracias, chau
La relación anterior no existe mas.
- Sos un mal educado
Eso ya lo había pensado antes. Pero ahora me lo confirma.
Ya me había ocurrido anteriormente esto de inyectarle un poco de otra persona a algo nuevo.
Poner en riesgo lo obtenido recientemente, algo que todavía es frágil, con algo que esta enterrado.
Esta muy enojada. Lo siento en su piel. Me lo hace saber de varias maneras
Solo puedo reírme, reírme mucho de mi.
Me río como cuando era un niño y rompía algo querido por algún mayor. Como si fuera una travesura.
Me río. Y me divierte lo que ha ocurrido. Soy un pendejo. Solo espero que con el sueño que tiene le pase por alto lo pendejo que soy.
Lo escribo solo para no olvidarme de lo divertido que es tener miedo y poder reírse a la vez.
Tengo algo nuevo en mis manos, algo que depende de mi. Algo a lo cual yo ya le he puesto frenos y problemas que no existían.
Algo que me gusta seriamente.
Y ahora, no puedo parar de reírme.

3 comentarios:

  1. Que mezcla, querido!

    si hay algo que me queda claro es que estás viivendo con miedo y el miedo necesita anestesia porque nos vuelve insoportable la existencia. Estar en el medio es una buena manera de anestesiarnos.

    La risa es una excelente compañera que nos salva de lugares oscuros.

    beso y más besos!

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  2. Oh si habrá algo que odie más en el mundo de la medicina que la anestesia.. y mucho más trasladado al orden de las emociones o el pensamiento.

    No. Yo disfruto de mis miedos como niño empalagado en dulce de leche

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